TEORÍA DE LAS VITAMINAS VIAJERAS

MAMÁ, ¿QUÉ HAY DE COMER?… – Creo que todos en algún momento de la vida hemos escuchado de nuestra madre (o de la madre de un amigo) la frase: “Tómate el zumo ya, ¡que se van las vitaminas!“.

Por circunstancias que no vienen al caso, ahora desayuno todos los días un zumo de naranja y, como son tantos días con los ojos pegados mirando ese vaso de zumo mientras dejo tiempo para que mi alma regrese a mi cuerpo, he estado pensando y tengo una teoría acerca de esa frase maternal.

Creo que “EL MITO DE QUE SE VAN LAS VITAMINAS DEL ZUMO SI NO TE LO TOMAS RÁPIDO LO INVENTÓ UNA MADRE QUE TENÍA PRISA.“

De hecho creo que fue la mía, porque se tiró toda mi infancia taladrándome esa cantinela en la cabeza para que llegase al colegio…

Y es que claro, tú eres pequeño y te crees todo lo que dicen tus padres… que si Papá Noël, que si los Reyes Magos, que si el Ratoncito Pérez (con este tengo dudas todavía), que si a los niños los trae una cigüeña… Vamos, cosas que ahora no nos creeríamos de ningún modo, porque ahora lo tienen más difícil, que para eso está la wikipedia…

En cualquier caso, cuando oía la frase, yo miraba fijamente el vaso a ver si veía salir a las vitaminas al estilo “Érase una vez la Vida”… ya sabéis, los bichos esos con cuerpo de letra y patitas… pero nunca los vi. Y es lógico, ¿pero dónde se van a ir las vitaminas? ¿al cielo de las vitaminas? ¡Qué estoy muy mayor ya para eso!

Es como cuando te dejabas algo en el plato, lo que fuera, los nervios de un filete por ejemplo, y te decían: “Te has dejado lo mejor…” Pues mañana me das tu filete y te comes tú la grasa…

Eso sí, hay que reconocer, que a las madres se les coge cariño… no sé si será porque han hecho de Papá Noël, de Reyes Magos, de Ratoncito Pérez o porque te han parido y se han comido a la cigüeña, eso sí, sin dejarse nada, porque las pobres se comían todo lo que íbamos dejando en el plato, aunque yo lo hacía por ella… siempre le dejaba lo mejor…