TEORÍA DE LOS COLORES VIDENTES




¿POR QUÉ NO PUEDES MEZCLAR ROPA BLANCA Y DE COLOR EN LA LAVADORA? – Hoy voy a hablar de por qué si mezclas ropa blanca y de color en la lavadora, destiñe y te deja la ropa blanca de un color indeterminado… Pues bien, tengo una teoría y es que “LOS COLORES TIENEN OJILLOS Y MUY MALA LECHE.”.

Si te das cuenta, puedes mezclar los colores de forma arbitraria y se respetan.

ROJO: Rosa, ¿Dónde vas guapa?
ROSA: Calla, calla, que me sonrojo…

AZUL: Negro, te veo muy apagado…
NEGRO: ¡A mi no me hables en ese tono!

VERDE: Amarillo, ¿Estás mareado?
AMARILLO: ¿Qué esperabas de mi?

MARRÓN: Naranja, ¿quiéres dar una vuelta conmigo?
NARANJA: No, que seguro que me toca debajo en el centrifugado…




Como ves, conversaciones normales entre colores en una lavadora… Se respetan, cada uno en su sitio, todos tienen su espacio, su personalidad…

Pero si hay algo blanco en la lavadora, la cosa cambia. Los colores que, como digo, tienen ojillos, aunque estén dando vueltas como locos en el tambor de la lavadora, dirigen todos su mirada al blanco y no hace falta que hablen, ellos lo saben. El blanco es puro, es el iluminado, es la combinación de todos ellos, es bueno, todos quieren ser blanco… Blaaaaaaaaaaanco… piensan…

Entonces suele ser el rojo el que comienza el ataque. El rojo prefiere morir y convertirse en rosa con tal de pegarse al blanco, aunque sea un tanga minúsculo es capaz de deseteñir y arruinar todo un cerro de ropa blanca.

Las esencias que sueltan los colores tienen manitas, y se agarran al blanco como si no hubiera un Dios. La batalla está ganada porque el blanco, con su infinita bondad, les permite integrarse a él, dejándo incluso de ser quien era para convertirse en rosa o en algún otro color indeterminado y de difícil definición… Una vez que se han agarrado los colores al blanco sólo la ira de Dios, la lejía, es capaz de arrancarlos de ahí, pero, si eso pasa, la prenda de color blanco está más débil, más tiesa, menos suave…

Cuánto no habrá sufrido el blanco en la vida, que existe hasta el “blanco roto”… (seguro que fue el rojo).




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